Cumpleaños en la Europa que no quiero
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En Grecia para caminar junto a los inmigrantes
Grecia es el primer puerto de escala en la Unión Europea para las personas que huyen de la guerra y la persecución. Los que llegan aquí a menudo se encuentran solos, obligados a vivir en la calle. Los voluntarios de la Comunidad Papa Juan XXIII, junto con Operazione Colomba, visitan a las personas que viven dentro y fuera de los campos de refugiados para ofrecerles apoyo y servicios y supervisar y denunciar las violaciones de los derechos humanos que sufren. Su presencia es fundamental: apóyenles en este camino de paz.
Reunirse con migrantes en Grecia significa reconocer su dignidad y compartir con ellos una parte del viaje - Marco, voluntario
Grecia es el primer puerto de escala de la Unión Europea para las personas que huyen de la guerra y la persecución: los migrantes llegan a las costas de una de las islas del Egeo en embarcaciones improvisadas o cruzan a pie la frontera terrestre entre Turquía y Grecia, y se encuentran varados en un lugar donde experimentan nuevas privaciones inhumanas, un limbo de espera agotador, el fantasma de la deportación y el terror de la devolución violenta.
Los que llegan a Grecia pueden encontrarse confinados en un campamento cerrado, donde la atención sanitaria es escasa, los niños no tienen acceso a la escolarización, no hay seguridad para las mujeres y las personas vulnerables. Los que consiguen trasladarse a Atenas se encuentran a menudo en la calle, sin servicios, para enfrentarse a la misma inseguridad y a los riesgos de ser devueltos al país del que huyen.
Voluntarios de la Comunidad Papa Juan XXIII y de Operazione Colomba, el cuerpo de paz no violento de la Comunidad, han elegido compartir su vida cotidiana con estas personas: mujeres, hombres, familias enteras que proceden de los países más devastados por la guerra. El encuentro personal es el corazón de la presencia, porque elimina la etiqueta de "migrante" y se centra en su dignidad como seres humanos, que simplemente buscan mejores condiciones de vida para ellos y sus familias. Los voluntarios visitan a las personas que viven dentro y fuera de los campos de refugiados, intentan establecer redes con otras asociaciones y realidades para ofrecer ayuda y servicios, vigilan y denuncian las violaciones de derechos humanos sufridas.
Para hacer todo esto también necesitan tu apoyo: se necesitan fondos para garantizar la presencia constante de voluntarios (vuelos internacionales, comida y alojamiento), para viajar también a las islas, para vigilar las rutas migratorias en las fronteras de Grecia, para ofrecer artículos de primera necesidad y asistencia jurídica a las personas más necesitadas.
Con tu contribución acompañarás una parte del camino de quienes buscan una vida de paz y seguridad para sí mismos y sus familias.
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Reunirse con migrantes en Grecia significa reconocer su dignidad y compartir con ellos una parte del viaje - Marco, voluntario
Grecia es el primer puerto de escala de la Unión Europea para las personas que huyen de la guerra y la persecución: los migrantes llegan a las costas de una de las islas del Egeo en embarcaciones improvisadas o cruzan a pie la frontera terrestre entre Turquía y Grecia, y se encuentran varados en un lugar donde experimentan nuevas privaciones inhumanas, un limbo de espera agotador, el fantasma de la deportación y el terror de la devolución violenta.
Los que llegan a Grecia pueden encontrarse confinados en un campamento cerrado, donde la atención sanitaria es escasa, los niños no tienen acceso a la escolarización, no hay seguridad para las mujeres y las personas vulnerables. Los que consiguen trasladarse a Atenas se encuentran a menudo en la calle, sin servicios, para enfrentarse a la misma inseguridad y a los riesgos de ser devueltos al país del que huyen.
Voluntarios de la Comunidad Papa Juan XXIII y de Operazione Colomba, el cuerpo de paz no violento de la Comunidad, han elegido compartir su vida cotidiana con estas personas: mujeres, hombres, familias enteras que proceden de los países más devastados por la guerra. El encuentro personal es el corazón de la presencia, porque elimina la etiqueta de "migrante" y se centra en su dignidad como seres humanos, que simplemente buscan mejores condiciones de vida para ellos y sus familias. Los voluntarios visitan a las personas que viven dentro y fuera de los campos de refugiados, intentan establecer redes con otras asociaciones y realidades para ofrecer ayuda y servicios, vigilan y denuncian las violaciones de derechos humanos sufridas.
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Recaudación de fondos para el proyecto
Un cumpleaños por la dignidad en los campos de refugiados
Recaudación de fondos por Maddalena Fabbi
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