Operación Paloma en Colombia - 2020
Los campesinos amenazados por los grupos armados resisten de forma no violenta para seguir viviendo en sus tierras: la presencia de voluntarios es necesaria para su seguridad. La Operación Paloma es una respuesta de paz concreta y no violenta... ¡apóyala!
Desde 2009, Operazione Colomba está presente en la Comunidad de Paz de San José de Apartadò, en el noroeste de Colombia, para ayudar a la población local a seguir viviendo en sus territorios.
En 2016 el Gobierno colombiano y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) firmaron un Acuerdo de Paz, pero los grupos armados ilegales han ocupado las tierras dejadas por la guerrilla, sometiendo a la población civil: han aumentado los asesinatos de líderes sociales e indígenas, defensores de los Derechos Humanos y del Medio Ambiente.
La Comunidad de Paz está formada por unas 500 personas, en su mayoría campesinos que viven en pequeñas aldeas repartidas por una amplia zona. Sus miembros han optado por resistir de forma no violenta a las amenazas de los grupos armados interesados en controlar el territorio, desafiando un modelo económico basado en la explotación humana y medioambiental, practicando un estilo de vida que pone en el centro a la persona, la comunidad y el medio ambiente.
La presencia de los voluntarios es necesaria: actúa como elemento disuasorio del uso de la violencia; los voluntarios acompañan a los habitantes en sus desplazamientos, a menudo muy difíciles, por la ciudad o por los caminos a veces minados y atravesados por los grupos armados; recogen información sobre las violaciones sufridas por los miembros de la comunidad para las acciones de promoción.
Todas las actividades sirven siempre para garantizar a la población civil una mayor seguridad y una mejor esperanza de vida.
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Desde 2009, Operazione Colomba está presente en la Comunidad de Paz de San José de Apartadò, en el noroeste de Colombia, para ayudar a la población local a seguir viviendo en sus territorios.
En 2016 el Gobierno colombiano y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) firmaron un Acuerdo de Paz, pero los grupos armados ilegales han ocupado las tierras dejadas por la guerrilla, sometiendo a la población civil: han aumentado los asesinatos de líderes sociales e indígenas, defensores de los Derechos Humanos y del Medio Ambiente.
La Comunidad de Paz está formada por unas 500 personas, en su mayoría campesinos que viven en pequeñas aldeas repartidas por una amplia zona. Sus miembros han optado por resistir de forma no violenta a las amenazas de los grupos armados interesados en controlar el territorio, desafiando un modelo económico basado en la explotación humana y medioambiental, practicando un estilo de vida que pone en el centro a la persona, la comunidad y el medio ambiente.
La presencia de los voluntarios es necesaria: actúa como elemento disuasorio del uso de la violencia; los voluntarios acompañan a los habitantes en sus desplazamientos, a menudo muy difíciles, por la ciudad o por los caminos a veces minados y atravesados por los grupos armados; recogen información sobre las violaciones sufridas por los miembros de la comunidad para las acciones de promoción.
Todas las actividades sirven siempre para garantizar a la población civil una mayor seguridad y una mejor esperanza de vida.
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