Un minibús para abrirse al mundo
Recaudación de fondos por Antonio Scarpiello
4.600 €
92%
5.000 €
63 Donaciones
Unidos para abrirnos al mundo
En la Casa de la Familia Nossa Senhora de Fátima, el verdadero milagro son los pobres, los discapacitados y los sin techo que, haciendo los honores de la casa, devuelven la acogida y los cuidados recibidos a los peregrinos que encuentran en su camino. Hoy, junto con Antonio, son 9 personas en total y necesitan tu ayuda para comprar un minibús que permita a esta maravillosa familia viajar juntos. ¡Ayúdales a permanecer unidos para abrirse al mundo!
En Fátima, meta de peregrinaciones y parada en el camino de Santiago de Compostela, hay un lugar donde hacen los honores los pobres, las personas con dificultades económicas, los discapacitados y los jóvenes sin hogar que han encontrado, en el compartir su vida y en la hospitalidad, la brújula a seguir para una vida plena y feliz.
Esta es la Casa Famiglia Nossa Senhora di Fatima, donde Antonio y su especial familia acogen a todos los que llaman a su puerta, según el carisma de la Comunidad Papa Juan XXIII, que ha elegido estar presente en este lugar mariano de gran devoción.
Los que forman parte de la familia han experimentado de primera mano la acogida y los cuidados y son ellos quienes, a su vez, retribuyen a los peregrinos dándoles una comida caliente, una cama cómoda para dormir y, sobre todo, momentos de pura alegría compartida. Este es el milagro que ocurre en la Casa de la Familia de Fátima: los últimos se convierten en los primeros, renacen a una nueva dignidad y se sienten dignos no sólo de ser amados, sino, a su vez, de amar y convertirse en un recurso para los demás.
Antonio es padre de familia y llegó a Portugal hace casi cuatro años con la idea de pasar allí sólo unos meses en oración. Pero, como a él mismo le gusta decir, "todo estaba ya escrito" y hoy, con su numerosa familia de 9 miembros, da testimonio de que todo puede convertirse en una oportunidad de regalo si estamos abiertos a quienes la vida pone en nuestro camino.
En casa, los peregrinos, de desconocidos iniciales, pasan inmediatamente a formar parte de la familia y no sólo se comparte el pan de la mesa, sino historias, vidas y amistad, ¡en una extraordinaria inclusión inversa! Los excluidos de la sociedad viven sus días dedicados a los demás y los peregrinos experimentan un Evangelio vivido que se llevan consigo cuando llega el momento de cerrar sus mochilas.
Ahora que la familia ha crecido, también crecen las necesidades, y es necesario adquirir un minibús que permita realizar actividades fuera de casa. De hecho, hoy en día no es posible viajar todos juntos y en 9 no es fácil pensar en alternativas porque los costes de los desplazamientos serían inasequibles. Mudarse por diferentes necesidades o planear un viaje a la playa todos juntos es un espejismo.
Se necesitan 20.000 euros para comprar un minibús en Portugal. Ayuda a Antonio y a su familia. Es un gasto importante y la Comunidad Papa Juan XXIII, que ya se ocupa de las muchas necesidades de los Hogares Familiares en más de 40 países de todo el mundo, no tiene recursos en este momento para cubrir este gasto inesperado.
Crea tu propia recaudación, compártela con tus amigos, familiares, compañeros o apoya con un donativo a los que ya la han abierto y permite que esta maravillosa familia siga unida abriéndose al mundo.
Venga, ¿te apuntas?
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En Fátima, meta de peregrinaciones y parada en el camino de Santiago de Compostela, hay un lugar donde hacen los honores los pobres, las personas con dificultades económicas, los discapacitados y los jóvenes sin hogar que han encontrado, en el compartir su vida y en la hospitalidad, la brújula a seguir para una vida plena y feliz.
Esta es la Casa Famiglia Nossa Senhora di Fatima, donde Antonio y su especial familia acogen a todos los que llaman a su puerta, según el carisma de la Comunidad Papa Juan XXIII, que ha elegido estar presente en este lugar mariano de gran devoción.
Los que forman parte de la familia han experimentado de primera mano la acogida y los cuidados y son ellos quienes, a su vez, retribuyen a los peregrinos dándoles una comida caliente, una cama cómoda para dormir y, sobre todo, momentos de pura alegría compartida. Este es el milagro que ocurre en la Casa de la Familia de Fátima: los últimos se convierten en los primeros, renacen a una nueva dignidad y se sienten dignos no sólo de ser amados, sino, a su vez, de amar y convertirse en un recurso para los demás.
Antonio es padre de familia y llegó a Portugal hace casi cuatro años con la idea de pasar allí sólo unos meses en oración. Pero, como a él mismo le gusta decir, "todo estaba ya escrito" y hoy, con su numerosa familia de 9 miembros, da testimonio de que todo puede convertirse en una oportunidad de regalo si estamos abiertos a quienes la vida pone en nuestro camino.
En casa, los peregrinos, de desconocidos iniciales, pasan inmediatamente a formar parte de la familia y no sólo se comparte el pan de la mesa, sino historias, vidas y amistad, ¡en una extraordinaria inclusión inversa! Los excluidos de la sociedad viven sus días dedicados a los demás y los peregrinos experimentan un Evangelio vivido que se llevan consigo cuando llega el momento de cerrar sus mochilas.
Ahora que la familia ha crecido, también crecen las necesidades, y es necesario adquirir un minibús que permita realizar actividades fuera de casa. De hecho, hoy en día no es posible viajar todos juntos y en 9 no es fácil pensar en alternativas porque los costes de los desplazamientos serían inasequibles. Mudarse por diferentes necesidades o planear un viaje a la playa todos juntos es un espejismo.
Se necesitan 20.000 euros para comprar un minibús en Portugal. Ayuda a Antonio y a su familia. Es un gasto importante y la Comunidad Papa Juan XXIII, que ya se ocupa de las muchas necesidades de los Hogares Familiares en más de 40 países de todo el mundo, no tiene recursos en este momento para cubrir este gasto inesperado.
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