Mariagrazia Bonacina
Llegué a Fátima, a la Casa Famiglia Nossa Senhora de Fátima de la Comunità Papa Giovanni XXIII, como peregrino.
Tenía que pasar una noche allí... pero enseguida me sentí como en casa. Tanto es así que decidí quedarme unos días más y volver. Aquí aprendí y recordé la importancia de valores que a menudo damos por sentados: compartir, amar, incluir.
Me hubiera gustado dar, pero he recibido mucho más.
Recaudación de fondos completada
Para la Casa de la Familia de Fátima: Vamos, ¿te apuntas?
La colección apoya Unidos para abrirnos al mundo
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