Dale a Alain la esperanza de recuperarse
Alain vive en Camerún, tiene 21 años y le acaban de diagnosticar una enfermedad rara que compromete gravemente su sistema inmunitario. El coste del tratamiento es muy elevado y su familia, pobre y sin posibilidades, no puede permitírselo. Alain es el hermano de Yanik, el responsable de un proyecto de la Comunidad Papa Juan XXIII en Camerún y, como una familia en la que nos ayudamos unos a otros, hoy debemos ayudarle dándole la oportunidad de recuperarse. Toda persona, esté donde esté, merece ser curada. Su ayuda, ahora, es fundamental.
EnCamerún, en el hogar de acogida de la Comunidad Papa Juan XXIII, Yanik ha elegido desde hace cuatro años vivir junto a esos chicos que, una vez salidos de la cárcel, no tienen nada ni a nadie: sin ayuda, su única alternativa es la calle. Yanik está a cargo de este hogar y acompaña a estos chicos en la recuperación de su dignidad tras años de pobreza y sufrimiento.
El futuro de estos chicos es la misión de su vida, pero hoy es él quien le necesita. Su hermano, Alain, acaba de ser diagnosticado de "enfermedad de Castleman", una enfermedad rara que provoca un crecimiento excesivo y anormal de células en los ganglios linfáticos y otras estructuras del sistema inmunitario. Provoca fiebre, pérdida de peso, debilidad y compromete el sistema inmunitario, que, debilitado, no puede combatir las infecciones normales.
La noticia nos llegó de sopetón; nadie esperaba un diagnóstico así. La cura para esta enfermedad existe, pero los medicamentos necesarios son caros y la familia de Yanik, pobre y sin medios, no puede permitírselos. Desde hace meses, los médicos han ofrecido a Alain empezar el tratamiento, pero aún no lo ha iniciado precisamente porque los costes son muy elevados, unos 1.500 euros al mes. Pero Alain necesita ser tratado, tiene poco más de 20 años, su futuro está aún por escribir, y la pandemia en curso, en un país que ya sufre, pone aún más en peligro su frágil estado de salud.
Este grito de ayuda nos llega de las mismas personas que, junto con Yanik, han llevado a cabo este proyecto de refugio comunitario en Camerún. Amigos, que ahora tienden su mano por él y con él para que su hermano pueda recibir los cuidados adecuados lo antes posible.
Como en una familia en la que nos ayudamos unos a otros, hoy somos nosotros los que tenemos que ayudar a Yanik para que pueda pagar el tratamiento de su hermano, al menos durante los primeros días, hasta que puedan recuperar el aliento y reservar una suma adecuada para garantizarle el tratamiento.
Crea una colecta, compártela con tus conocidos y amigos, o apoya con un donativo a quienes ya la han iniciado. Todas las personas, estén donde estén, merecen curarse, y hoy más que nunca todos somos conscientes de ello. Tu ayuda ahora es crucial.
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EnCamerún, en el hogar de acogida de la Comunidad Papa Juan XXIII, Yanik ha elegido desde hace cuatro años vivir junto a esos chicos que, una vez salidos de la cárcel, no tienen nada ni a nadie: sin ayuda, su única alternativa es la calle. Yanik está a cargo de este hogar y acompaña a estos chicos en la recuperación de su dignidad tras años de pobreza y sufrimiento.
El futuro de estos chicos es la misión de su vida, pero hoy es él quien le necesita. Su hermano, Alain, acaba de ser diagnosticado de "enfermedad de Castleman", una enfermedad rara que provoca un crecimiento excesivo y anormal de células en los ganglios linfáticos y otras estructuras del sistema inmunitario. Provoca fiebre, pérdida de peso, debilidad y compromete el sistema inmunitario, que, debilitado, no puede combatir las infecciones normales.
La noticia nos llegó de sopetón; nadie esperaba un diagnóstico así. La cura para esta enfermedad existe, pero los medicamentos necesarios son caros y la familia de Yanik, pobre y sin medios, no puede permitírselos. Desde hace meses, los médicos han ofrecido a Alain empezar el tratamiento, pero aún no lo ha iniciado precisamente porque los costes son muy elevados, unos 1.500 euros al mes. Pero Alain necesita ser tratado, tiene poco más de 20 años, su futuro está aún por escribir, y la pandemia en curso, en un país que ya sufre, pone aún más en peligro su frágil estado de salud.
Este grito de ayuda nos llega de las mismas personas que, junto con Yanik, han llevado a cabo este proyecto de refugio comunitario en Camerún. Amigos, que ahora tienden su mano por él y con él para que su hermano pueda recibir los cuidados adecuados lo antes posible.
Como en una familia en la que nos ayudamos unos a otros, hoy somos nosotros los que tenemos que ayudar a Yanik para que pueda pagar el tratamiento de su hermano, al menos durante los primeros días, hasta que puedan recuperar el aliento y reservar una suma adecuada para garantizarle el tratamiento.
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