Un hogar listo para acoger, con su ayuda...
Un hogar donde encontrar refugio, una familia que te abrace y te ayude, a la que puedas aferrarte para volver a caminar por ti mismo. Desde hace más de 10 años, en la Capanna di Betlemme de Bolonia, gestionada por la Comunità Papa Giovanni XXIII, los sin techo de la ciudad descubren un lugar donde pueden renacer. Ahora se necesitan trabajos de mantenimiento y nuevo mobiliario para esta casa en la que tantas personas redescubren su dignidad. Ayudémosles juntos.
Ni siquiera durante la pandemia el Albergue Belén de Bolonia cerró sus puertas a quienes pedían ayuda, tomando siempre todas las precauciones necesarias.
L as personas que viven aquí son las que habitualmente se denominan "sin techo", que llevan años en la calle, pero también las que hasta hace poco tenían un trabajo y una familia y de repente se encontraron viviendo en un coche, en casas de campo abandonadas... Incluso más que un techo para pasar la noche y una comida caliente,estos hermanos y hermanas necesitan el calor de una familia, en un hogar acogedor donde puedan empezar a rehacer sus vidas, ayudados por gente amiga.
L as personas que viven aquí son las que habitualmente se denominan "sin techo", que llevan años en la calle, pero también las que hasta hace poco tenían un trabajo y una familia y de repente se encontraron viviendo en un coche, en casas de campo abandonadas... Incluso más que un techo para pasar la noche y una comida caliente,estos hermanos y hermanas necesitan el calor de una familia, en un hogar acogedor donde puedan empezar a rehacer sus vidas, ayudados por gente amiga.
Nosotros, un grupo de miembros y voluntarios de la Comunidad Papa Juan XXIII, compartimos nuestras vidas con ellos, vivimos juntos, día tras día, aquí en la cabaña. Junto a ellos, afrontamos cada día una aventura: empezar a vivir de nuevo. Nunca es tarde para lograrlo, pero necesitas esa mano que te ofrezca ayuda y a la que aferrarte para volver a caminar solo. Sucede, y los muchos amigos que han dejado la vida en la calle y han elegido vivir con nosotros lo demuestran. Este es el Albergue Belén, que ahora, después de tantos años de vida, necesita obras de mantenimiento y nuevo mobiliario, para que los que llegan se sientan por fin seguros, por fin en casa.
Gracias a la generosidad de tantas personas en los últimos meses ya hemos podido sustituir algunos electrodomésticos de la cocina, pintar las paredes y comprar herramientas de jardinería que nos han permitido construir un bonito huerto y un gallinero, para tener siempre algo que comer.
Ahora os pedimos que nos ayudéis porque aún queda mucho por hacer. También necesitamos cambiar los armarios de pared de la cocina industrial, donde cocinamos para 60/70 personas cada día. Necesitamos renovar las literas, los colchones y las almohadas de las habitaciones donde duermen cada noche 25/30 personas, a las que acogemos directamente de la calle. También necesitamos sillas nuevas para el comedor, la habitación que más nos llega al corazón porque a menudo es delante de una comida caliente disfrutada todos juntos donde se crean amistades fuertes y se encuentra el deseo de recuperar la dignidad.
Ayúdanos, pues, y deja tu huella en esta casa. Abre una colecta o apoya a quienes ya la han abierto, ¡y esta casa estará lista para acoger también gracias a ti!
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Ni siquiera durante la pandemia el Albergue Belén de Bolonia cerró sus puertas a quienes pedían ayuda, tomando siempre todas las precauciones necesarias.
L as personas que viven aquí son las que habitualmente se denominan "sin techo", que llevan años en la calle, pero también las que hasta hace poco tenían un trabajo y una familia y de repente se encontraron viviendo en un coche, en casas de campo abandonadas... Incluso más que un techo para pasar la noche y una comida caliente,estos hermanos y hermanas necesitan el calor de una familia, en un hogar acogedor donde puedan empezar a rehacer sus vidas, ayudados por gente amiga.
L as personas que viven aquí son las que habitualmente se denominan "sin techo", que llevan años en la calle, pero también las que hasta hace poco tenían un trabajo y una familia y de repente se encontraron viviendo en un coche, en casas de campo abandonadas... Incluso más que un techo para pasar la noche y una comida caliente,estos hermanos y hermanas necesitan el calor de una familia, en un hogar acogedor donde puedan empezar a rehacer sus vidas, ayudados por gente amiga.
Nosotros, un grupo de miembros y voluntarios de la Comunidad Papa Juan XXIII, compartimos nuestras vidas con ellos, vivimos juntos, día tras día, aquí en la cabaña. Junto a ellos, afrontamos cada día una aventura: empezar a vivir de nuevo. Nunca es tarde para lograrlo, pero necesitas esa mano que te ofrezca ayuda y a la que aferrarte para volver a caminar solo. Sucede, y los muchos amigos que han dejado la vida en la calle y han elegido vivir con nosotros lo demuestran. Este es el Albergue Belén, que ahora, después de tantos años de vida, necesita obras de mantenimiento y nuevo mobiliario, para que los que llegan se sientan por fin seguros, por fin en casa.
Gracias a la generosidad de tantas personas en los últimos meses ya hemos podido sustituir algunos electrodomésticos de la cocina, pintar las paredes y comprar herramientas de jardinería que nos han permitido construir un bonito huerto y un gallinero, para tener siempre algo que comer.
Ahora os pedimos que nos ayudéis porque aún queda mucho por hacer. También necesitamos cambiar los armarios de pared de la cocina industrial, donde cocinamos para 60/70 personas cada día. Necesitamos renovar las literas, los colchones y las almohadas de las habitaciones donde duermen cada noche 25/30 personas, a las que acogemos directamente de la calle. También necesitamos sillas nuevas para el comedor, la habitación que más nos llega al corazón porque a menudo es delante de una comida caliente disfrutada todos juntos donde se crean amistades fuertes y se encuentra el deseo de recuperar la dignidad.
Ayúdanos, pues, y deja tu huella en esta casa. Abre una colecta o apoya a quienes ya la han abierto, ¡y esta casa estará lista para acoger también gracias a ti!
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