Nuestra familia te necesita. Vamos, ¿te apuntas?
Recaudación de fondos por Silvia Argenti
2.250 €
38%
6.000 €
30 Donaciones
Un hogar seco y cálido para una familia numerosa
La casa familiar de Silvia y Yan acoge a muchas personas con diferentes historias, algunas con discapacidades graves. Necesitan cambiar los marcos de las ventanas antes de que llegue el invierno, porque cuando llueve entra agua en la casa, mojando las paredes y los suelos. Necesitan 15.000 euros para poder comprarlos y hacer que la casa sea seca, cálida y segura para todos. Para ello también necesitan tu ayuda. Apóyalos.
La Casa Famiglia Sant'Agostino alberga muchas historias de vida diferentes, como todas las familias de la Comunidad Papa Juan XXIII.
Cuando Silvia y Yan se casaron, se dieron cuenta de que su camino era acoger a quien necesitara una familia, y hoy son 12 en la casa: junto a sus tres hijos viven otras siete personas, algunas con discapacidades físicas y psíquicas.
Cada uno tiene necesidades diferentes, pero todos se ayudan dando lo que pueden. Mor, un chico de Gambia, juega con los niños cuando vuelve del trabajo. Luca, un señor psiquiátrico, pone la mesa y Ciro, que hace tiempo que terminó su curso en una de nuestras comunidades terapéuticas, ayuda a preparar la casa. Pedro, su hijo de 4 años, se sienta durante la cena junto a Lisa, una señora de 48 años con síndrome de Down que no puede ver ni oír, y le da de comer, mientras que Iris, de 7 años, cuando se da cuenta de que Jenny, una niña con discapacidad física, tiene que levantarse, inmediatamente le lleva el carrito.
Cada día está lleno de estas pequeñas atenciones de corazón que nutren y hacen crecer el amor.
Para asegurarse de que todos tienen todo lo que necesitan, se han mudado a una casa en la Comunidad, lo bastante grande para alojarlos a todos pero que necesita algunas obras de mantenimiento.
Antes de que llegue el invierno, tienen que cambiar los marcos de las ventanas porque, cuando llueve, el agua entra en la casa, mojando las paredes y los suelos. Es un problema para todos, pero especialmente para los niños frágiles y discapacitados, cuya salud exige mantener la casa caliente y las habitaciones secas.
Para sustituirlas se necesitan 15.000 euros, un gasto que la Comunidad no puede asumir sola. Por eso también pedimos tu ayuda: Apóyalos con un donativo o multiplica tu ayuda iniciando una recaudación de fondos en línea para compartirla con tus amigos en apoyo del proyecto. Venga, ¿te apuntas?
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La Casa Famiglia Sant'Agostino alberga muchas historias de vida diferentes, como todas las familias de la Comunidad Papa Juan XXIII.
Cuando Silvia y Yan se casaron, se dieron cuenta de que su camino era acoger a quien necesitara una familia, y hoy son 12 en la casa: junto a sus tres hijos viven otras siete personas, algunas con discapacidades físicas y psíquicas.
Cada uno tiene necesidades diferentes, pero todos se ayudan dando lo que pueden. Mor, un chico de Gambia, juega con los niños cuando vuelve del trabajo. Luca, un señor psiquiátrico, pone la mesa y Ciro, que hace tiempo que terminó su curso en una de nuestras comunidades terapéuticas, ayuda a preparar la casa. Pedro, su hijo de 4 años, se sienta durante la cena junto a Lisa, una señora de 48 años con síndrome de Down que no puede ver ni oír, y le da de comer, mientras que Iris, de 7 años, cuando se da cuenta de que Jenny, una niña con discapacidad física, tiene que levantarse, inmediatamente le lleva el carrito.
Cada día está lleno de estas pequeñas atenciones de corazón que nutren y hacen crecer el amor.
Para asegurarse de que todos tienen todo lo que necesitan, se han mudado a una casa en la Comunidad, lo bastante grande para alojarlos a todos pero que necesita algunas obras de mantenimiento.
Antes de que llegue el invierno, tienen que cambiar los marcos de las ventanas porque, cuando llueve, el agua entra en la casa, mojando las paredes y los suelos. Es un problema para todos, pero especialmente para los niños frágiles y discapacitados, cuya salud exige mantener la casa caliente y las habitaciones secas.
Para sustituirlas se necesitan 15.000 euros, un gasto que la Comunidad no puede asumir sola. Por eso también pedimos tu ayuda: Apóyalos con un donativo o multiplica tu ayuda iniciando una recaudación de fondos en línea para compartirla con tus amigos en apoyo del proyecto. Venga, ¿te apuntas?
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