Giada y Matteo forman parte de la Comunidad Papa Juan XXIII desde hace ocho años e inmediatamente sintieron la vocación misionera de partir para estar cerca de los pobres y vivir con ellos. Este impulso les llevó a Zambia y partieron junto con su hijo Filippo, adoptado cuando sólo tenía unos meses. Filippo tiene síndrome de Down, pero esto nunca fue un obstáculo; al contrario, en una tierra tan lejana de Italia consiguió establecer contactos reales y profundos con las personas que conoció, a pesar de las pocas herramientas de que disponía.
Tras la experiencia de dos años en Zambia, la familia regresó a Italia y se amplió: primero adoptaron a Paolo, con retraso mental causado por hemorragias cerebrales, y luego a la pequeña Anna, también con síndrome de Down. Sin embargo, la necesidad de la misión vuelve a calar en sus corazones y en 2019 parten a Irlanda para dar testimonio y mostrar lo que hay más allá de la discapacidad, en un país donde a menudo no se ve como una ventaja, sino como un estigma social.
En Waterford, al sur de Irlanda, Matteo trabaja como obrero en una carnicería industrial y Giada es madre a tiempo completo. Para ellos, desplazarse con sus tres hijos no siempre es fácil: hace falta tener los ojos alerta y las piernas preparadas. Para los pequeños desplazamientos cotidianos (llevar a los niños al colegio, al supermercado, al médico, al parque) caminar es su medio de transporte preferido, porque no contamina y permite a Filippo, Paolo y Anna conocer mejor los nuevos lugares en los que viven.
A veces, sin embargo, es imprescindible moverse más deprisa, y se necesita un medio de transporte alternativo. Giada y Matteo quieren comprar una bicicleta eléctrica de carga:han visto un modelo que puede transportar hasta seis niños, o los tres niños, mochilas y bolsas de la compra. Los niños se divertirían mucho, estarían más en contacto con la naturaleza y, al mismo tiempo, irían seguros y protegidos de la lluvia y el viento.
Para adquirir esta bicicleta se necesitan 4.680 euros. Estará equipada con una batería eléctrica, una tienda para la lluvia, un asiento específico para un niño de 2 años, cinturones de seguridad y cojines para el banco.
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