Una presencia necesaria
Recaudación de fondos por Comunità Papa Giovanni XXIII
"¿Cómo se puede ver y fingir que no se ve, cómo se puede oír el gemido de los oprimidos y no sufrir? ¿Cómo se puede permanecer indiferente a las víctimas? Son nuestros hermanos". Estas son las palabras de Don Oreste Benzi, y por eso la Comunidad Papa Juan XXIII ha sido llamada y ha elegido estar al lado de miles de niños, hombres, mujeres y familias que han huido de la guerra y la miseria y viven en el campo de refugiados de Lesbos, en Grecia.
Nuestros voluntarios decidieron ir y jugarse la vida, para compartirla con los refugiados, para mostrarles que no están solos y que aún es posible tener esperanza en un futuro, a pesar de las condiciones inhumanas en las que viven. No hay electricidad en el campamento, los refugiados viven en tiendas de plástico y no tienen agua corriente ni potable, y a veces los alimentos que comen están caducados.
Nuestros voluntarios distribuyen productos de primera necesidad y corren con los gastos de acompañar a los enfermos a los hospitales cercanos porque, para los que viven en el campamento, no hay asistencia sanitaria pero, sobre todo, conviven con los refugiados en esta isla y escuchan su dolor que grita y pide ser contado.Esta es la parte fundamental de nuestra presencia: la relación de confianza mutua que florece y nos une en un solo latido y nos recuerda lo grande que es ser humano.
La Comunidad Papa Juan XXIII ya ha ayudado a 700 personas en los primeros cinco meses, pero hay miles viviendo en el campamento.
Ayúdanos a sostener los gastos de la presencia de nuestros voluntarios en Lesbos: cada contribución, por pequeña que sea, nos permite estar aquí donde el tiempo se detiene, en este pañuelo de Europa que es demasiado pequeño para contener sueños tan grandes como la libertad. No te quedes de espectador. Ayúdanos ahora. Gracias.