Aprendí a soñar
Recaudación de fondos por Nadia Cadrobbi
Hace ya casi diez años que la Operación Paloma llegó a mi vida.
Desde entonces, he conocido en Albania el dolor silencioso de Lule, a cuyo hijo se lo llevó una mano violenta.
He conocido los ojos apagados de Muna a la salida de un campo de solicitantes de asilo en Grecia.
He conocido las lágrimas de Mariam en una tienda de campaña de un campo de refugiados sirios en Líbano.
Hoy me pregunto qué he aprendido y qué puede aportarme todo este dolor.
Aprendí la alegría de esperar cuando hace unos meses Lule se rió y me dijo que estaba "en paz".
Aprendí la emoción de la libertad cuando Muna nos dio la bienvenida a la casa y, quitándose el velo, nos dijo "con vosotros me siento segura".
Aprendí la ternura del encuentro cuando, a pesar de la ausencia de un idioma común, el abrazo entre Mariam y yo habló sin palabras.
En estos diez años de Operación Paloma, he aprendido a soñar.
He aprendido a soñar con un futuro en paz con Lule.
He aprendido a soñar con el derecho a la protección internacional para Muna.
He aprendido a soñar con el derecho de Mariam a volver a casa.
"Ahora que he aprendido a soñar, no pararé" (Negrita/Fiorella Mannoia).
Y tú, ¿me ayudarás a no dejar de soñar?
Para seguir yo también te necesito.
Gracias.