Correr hacia la humanidad
Recaudación de fondos por Alba Zecca
¡Hola! Mi nombre es Alba, y durante las últimas 5 semanas he estado en Grecia, en Atenas, como voluntaria de la Operación Paloma, un cuerpo de paz no violento de la Comunidad Padre Juan XXIII.
Esta experiencia me ha permitido reflexionar largamente sobre el papel que, como actores sociales y ciudadanos de la Unión Europea, tenemos en la cuestión migratoria. En concreto, la situación en Grecia me hizo ser más consciente de que, aunque estamos constantemente expuestos a la información de los medios de comunicación, en realidad sabemos muy poco de lo que realmente está ocurriendo aquí.
En Grecia, los desplazados pasan años en campos de refugiados, que poco a poco se van adaptando al modelo europeo de los CCAC, es decir, verdaderas cárceles al aire libre (con torniquetes y alambradas), construidas expresamente en zonas industriales alejadas de los centros habitados, a menudo cerca de vertederos, sin medios de transporte ni hospitales cercanos. Además, el acceso a los campos está prohibido a cualquier ONG, y la agencia de la ONU OIM lleva meses sin actuar. Esto implica no sólo una situación de extremo aislamiento y marginación, sino también la falta de traductores o abogados, una asistencia necesaria dados los constantes rechazos arbitrarios del gobierno griego a miles de solicitudes de asilo.
Los campos están superpoblados y en ellos viven miles de personas de diferentes países. En una situación de extremo malestar, a diario se producen brotes de violencia y agresiones a los que todos están expuestos, incluidos los niños, que son los primeros testigos de los constantes gritos y puñaladas de los adultos.
La gente se pasa el día esperando y en el olvido, aguardando la próxima entrevista, con la esperanza de que la próxima vez sea la buena, a menudo trasladados de un campo a otro sin apoyo médico ni psicológico, lejos de todo lo que pueda definirse como una vida digna.
"Correr hacia la humanidad", esta es una frase que se me ha quedado especialmente grabada, dicha por una persona mientras cenábamos juntos fuera de uno de los campos de refugiados de los alrededores de Atenas. Las personas en movimiento huyen de la guerra y la violencia en busca de una humanidad que en Europa, que debería proteger los derechos de todos, nunca han encontrado, culpables únicamente de haber nacido en el lado equivocado del mundo.
Dentro de unos días es mi cumpleaños, y para esta ocasión he decidido abrir una recaudación de fondos en apoyo de este proyecto. Me alegraría, si queréis dedicarme un pensamiento, que lo devolvierais a esta realidad para que siga adelante. ¡Gracias a todos por leer y por el apoyo! ❤️