A veces la solidaridad implica un esfuerzo inmenso
Recaudación de fondos por Tommaso Memola
¿Cuánto tiempo tengo para contar lo que he visto y lo que he sentido? Y dónde encuentro las palabras para describirlo todo, Líbano. Se lo pregunto porque quizá no lea hasta el final de este texto... ¡pero quizá debería hacerlo!
Me fui con la Operación Paloma a vivir al campo de refugiados de Tel Abbas, en el norte del Líbano. Tras la guerra de Siria, 1,5 millones de refugiados llegaron al Líbano. El Estado libanés no reconoce su condición de refugiados, condenándolos a vivir en el limbo sin documentos. Muchos voluntarios como yo han elegido pasar un periodo de su vida con estas personas, ensuciándose las manos, viendo los resultados de la guerra.
Durante todo el tiempo que estuve allí, mi cabeza empezó a tener un enorme "déficit de esperanza". El impacto de nuestras acciones y las expectativas de cambio que queríamos tener chocaron duramente con la realidad de la guerra. Nos habían advertido, pero ver y conocer las historias de la gente creó un enorme vacío en mí, porque no podremos salvar a todo el mundo, pero estar allí con ellos es una señal fuerte e inmensa. Poder hablar con esas familias, jugar con los niños que corretean por las tiendas, a pesar del duro frío invernal y del calor sofocante del verano, a pesar del polvo, a pesar de que la guerra les ha quitado todo.
La solidaridad implica un esfuerzo. ¿Te apetece compartir conmigo este inmenso esfuerzo? No dejemos morir la esperanza. No dejemos que la vida muera. Al otro lado de esa puerta de la foto, en el campo de refugiados del Líbano, hay seres humanos cuyas vidas deberían ser tan valiosas como las nuestras. Apoye a los voluntarios de la Operación Paloma con un donativo, apoye la justicia y la paz.