Si falta... ¡la escalera!
Recaudación de fondos por Elena Spangaro
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Un futuro diferente para los hijos de Jenny y Thomas
Jenny y Thomas quieren asegurar un futuro diferente para sus 3 hijos y para el cuarto que aún no ha nacido. Son de origen gitano, pero esto nunca ha frenado su deseo de inclusión. La situación económica de la familia es trágica y el padre no puede descansar: todos los días reparte currículum pero ahora encontrar un trabajo no es fácil. Ayúdanos a sufragar los gastos iniciales de esta familia que desea de todo corazón salir de esta miseria y garantizar un futuro feliz a sus hijos.
Me llamo Elena, soy parte de la Comunidad Papa Juan XXIII y muchas veces los encuentros con situaciones de necesidad han cuestionado mi vida. Y así fue también con Jenny y Thomas, una joven familia romaní que conocí cerca de la ciudad en la que vivo y a la que elegí dar mi apoyo con la mirada puesta en la vida de Don Oreste Benzi que, desde los años 90, ha llevado a la Comunidad a estar cerca del pueblo romaní y sinti en la dirección de una verdadera inclusión.
Su situación económica era trágica: vivían en una caravana destartalada, ni siquiera tenían gas para calentarse o cocinar. Thomas trabajó ocasionalmente, pero siempre fuera de los libros, porque nadie contrata a alguien "como él". Lo único que les quedaba era mendigar para reunir algo de dinero para comer, pero el cierre de marzo lo cerró todo y sus manos quedaron tan vacías como las calles de nuestras ciudades.
Escuché su clamor de ayuda y gracias también a la comunidad local y a su párroco les ayudamos a garantizar al menos algunas comidas calientes. Conseguimos encontrar una caravana usada para que vivieran en ella, porque la suya ya no les protegía ni de la lluvia. Pero esto no era suficiente, porque dar un futuro digno a sus 3 hijos y al que está por nacer es su mayor deseo. Thomas me dijo un día: mis hijos no pueden vivir como los pájaros que sólo comen si encuentran algo. Y tiene razón...
Thomas no se dio por vencido y repartió currículos por todas partes, mientras Jenny se ocupaba de los niños. Finalmente, en noviembre, Thomas encontró un trabajo, pero a 30 km de donde viven y sin medios seguros para llegar. No podía rendirse y perder esta oportunidad, así que le ayudamos a encontrar un coche de segunda mano para que pudiera ir a la fábrica cada mañana. El coste del coche es modesto, 900 euros, pero para Thomas sigue siendo mucho y tiene que pagarlo a plazos. A esto hay que añadir los costes de la transferencia de propiedad, el seguro y el combustible.
No podía saber que al cabo de sólo 10 días la empresa ya no le necesitaría debido al cierre de toda la línea de producción. Thomas se encontró sin sueldo y con gastos por cubrir. ¿Y cómo se vuelve a levantar sin trabajo? ¿Cómo puedes trabajar si no tienes ni siquiera el dinero para alimentarte? Por eso hemos optado por ayudarle de nuevo y pedir su apoyo en este momento en que no hay ingresos. La cantidad que necesitan no es imposible de alcanzar si somos suficientes y cada uno pone lo que puede.
En los últimos días me ha venido a la mente una imagen: un árbol grande y alto lleno de jugosas frutas, pero al que no se puede llegar sin una escalera. El árbol es la inclusión en la sociedad, la integración, la recuperación de la dignidad. La escalera es quien cree en ti, se preocupa por tus sueños y te anima, aunque seas el último equipo de la clasificación.
Yo,que nací en el lado derecho del mundo, no sé lo que es vivir en la penuria, sufrir el frío, no tener un médico de cabecera, sentirse marcado y juzgado antes de abrir la boca, alcanzar la esperanza de alguna moneda... pero sí sé que todos juntos podemos ser esa escalera para Thomas y su familia.
Yo,que nací en el lado derecho del mundo, no sé lo que es vivir en la penuria, sufrir el frío, no tener un médico de cabecera, sentirse marcado y juzgado antes de abrir la boca, alcanzar la esperanza de alguna moneda... pero sí sé que todos juntos podemos ser esa escalera para Thomas y su familia.
Esta familia es muy decidida y ya ha hecho mucho para cambiar su situación: los niños van por fin a la guardería y hemos conseguido que Thomas tenga una residencia, pequeños pasos hacia una nueva vida. No pasa un día sin que Thomas busque trabajo, pero no es fácil en este periodo, se esfuerza y creemos en él.
Yo, mis seres queridos y otros amigos hemos ayudado a esta familia con pequeñas donaciones, no sólo para la caravana y el coche, sino también para pañales y víveres... pero el árbol sigue siendo demasiado alto.
Por eso pedimos tu ayuda, para apoyar los gastos iniciales de esta familia que de todo corazón quiere salir de esta miseria y garantizarun futuro feliz para sus hijos. Ayudémosles.
Para proteger la privacidad de la familia, los nombres son ficticios y las imágenes son de archivo.
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Me llamo Elena, soy parte de la Comunidad Papa Juan XXIII y muchas veces los encuentros con situaciones de necesidad han cuestionado mi vida. Y así fue también con Jenny y Thomas, una joven familia romaní que conocí cerca de la ciudad en la que vivo y a la que elegí dar mi apoyo con la mirada puesta en la vida de Don Oreste Benzi que, desde los años 90, ha llevado a la Comunidad a estar cerca del pueblo romaní y sinti en la dirección de una verdadera inclusión.
Su situación económica era trágica: vivían en una caravana destartalada, ni siquiera tenían gas para calentarse o cocinar. Thomas trabajó ocasionalmente, pero siempre fuera de los libros, porque nadie contrata a alguien "como él". Lo único que les quedaba era mendigar para reunir algo de dinero para comer, pero el cierre de marzo lo cerró todo y sus manos quedaron tan vacías como las calles de nuestras ciudades.
Escuché su clamor de ayuda y gracias también a la comunidad local y a su párroco les ayudamos a garantizar al menos algunas comidas calientes. Conseguimos encontrar una caravana usada para que vivieran en ella, porque la suya ya no les protegía ni de la lluvia. Pero esto no era suficiente, porque dar un futuro digno a sus 3 hijos y al que está por nacer es su mayor deseo. Thomas me dijo un día: mis hijos no pueden vivir como los pájaros que sólo comen si encuentran algo. Y tiene razón...
Thomas no se dio por vencido y repartió currículos por todas partes, mientras Jenny se ocupaba de los niños. Finalmente, en noviembre, Thomas encontró un trabajo, pero a 30 km de donde viven y sin medios seguros para llegar. No podía rendirse y perder esta oportunidad, así que le ayudamos a encontrar un coche de segunda mano para que pudiera ir a la fábrica cada mañana. El coste del coche es modesto, 900 euros, pero para Thomas sigue siendo mucho y tiene que pagarlo a plazos. A esto hay que añadir los costes de la transferencia de propiedad, el seguro y el combustible.
No podía saber que al cabo de sólo 10 días la empresa ya no le necesitaría debido al cierre de toda la línea de producción. Thomas se encontró sin sueldo y con gastos por cubrir. ¿Y cómo se vuelve a levantar sin trabajo? ¿Cómo puedes trabajar si no tienes ni siquiera el dinero para alimentarte? Por eso hemos optado por ayudarle de nuevo y pedir su apoyo en este momento en que no hay ingresos. La cantidad que necesitan no es imposible de alcanzar si somos suficientes y cada uno pone lo que puede.
En los últimos días me ha venido a la mente una imagen: un árbol grande y alto lleno de jugosas frutas, pero al que no se puede llegar sin una escalera. El árbol es la inclusión en la sociedad, la integración, la recuperación de la dignidad. La escalera es quien cree en ti, se preocupa por tus sueños y te anima, aunque seas el último equipo de la clasificación.
Yo,que nací en el lado derecho del mundo, no sé lo que es vivir en la penuria, sufrir el frío, no tener un médico de cabecera, sentirse marcado y juzgado antes de abrir la boca, alcanzar la esperanza de alguna moneda... pero sí sé que todos juntos podemos ser esa escalera para Thomas y su familia.
Yo,que nací en el lado derecho del mundo, no sé lo que es vivir en la penuria, sufrir el frío, no tener un médico de cabecera, sentirse marcado y juzgado antes de abrir la boca, alcanzar la esperanza de alguna moneda... pero sí sé que todos juntos podemos ser esa escalera para Thomas y su familia.
Esta familia es muy decidida y ya ha hecho mucho para cambiar su situación: los niños van por fin a la guardería y hemos conseguido que Thomas tenga una residencia, pequeños pasos hacia una nueva vida. No pasa un día sin que Thomas busque trabajo, pero no es fácil en este periodo, se esfuerza y creemos en él.
Yo, mis seres queridos y otros amigos hemos ayudado a esta familia con pequeñas donaciones, no sólo para la caravana y el coche, sino también para pañales y víveres... pero el árbol sigue siendo demasiado alto.
Por eso pedimos tu ayuda, para apoyar los gastos iniciales de esta familia que de todo corazón quiere salir de esta miseria y garantizarun futuro feliz para sus hijos. Ayudémosles.
Para proteger la privacidad de la familia, los nombres son ficticios y las imágenes son de archivo.
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