Entre el cuero y las agujas... un sueño que renace
Recaudación de fondos por Irene Ciambezi
Mi razón para apoyar el desarrollo del taller "femenino" Otra piel se llama Edith. Cuando tenía 14 años, había visto a una mujer del pueblo cosiendo ropa para bodas tradicionales. Muchas mujeres utilizaban un telar, pero ella no: tenía una máquina de coser en la que podía mover ágilmente los dedos. Pero no tenía dinero para aprender su oficio favorito: ¡la costura! Para seguir su sueño, confió en su hermana cuando le prometió estudiar y trabajar en Europa. Para seguir su sueño, resistió el viaje del horror que la llevó entre traficantes de personas a lo largo del desierto, luego entre las olas del Mediterráneo. Para perseguir su sueño, escapó de las garras del explotador que quería obligarla a venderse en un burdel del norte de Europa. Para perseguir su sueño, confió, aunque a duras penas, en quienes la acogieron, una familia italiana -la nuestra- que la ha acompañado hasta la meta que la ha mantenido viva: convertirse en costurera. Para perseguir su sueño, tuvo el valor, después de varios años, de perdonar incluso a su hermana y empezar a olvidar a quienes habían destrozado su adolescencia.
En el taller de Florencia, detrás de esas máquinas de coser, gracias a quienes trabajan junto a ellas cada día, otras jóvenes como Edith siguen luchando por ser protagonistas de una nueva historia, de otra piel, de verdadero empoderamiento femenino. Para perseguir su sueño, necesitan nuestra ayuda para que de esas pieles se puedan crear bolsos y accesorios originales que den sentido a la vida de tantos supervivientes. Y que cada día nos recuerdan cómo tantos jóvenes, tantos jóvenes extranjeros como nuestras hijas e hijos -otra piel... como la mía, como la tuya, como la nuestra- son un potencial para el bienestar de nuestro país y un recurso importante incluso durante la pandemia. Heroínas que trabajan incansablemente, sin dejarse condicionar por los prejuicios e incertidumbres de nuestro tiempo. Sólo hay que darles la oportunidad de integrarse y apoyarles cuando por fin renace un sueño. Apoyémoslos juntos, ¿te apuntas?