Las múltiples caras de la solidaridad
Recaudación de fondos por Villi
Escribo unos días antes de mi partida hacia At-Tuwani.
Me gustaría dar voz a un torrente de pensamientos que no puedo poner en fila, pero lo intentaré.
Elegir partir hacia Palestina supone un gran desgaste emocional, por los nuevos escenarios que se plantean en este momento, porque sé que mi familia y la gente que me rodea están más preocupados de lo habitual, por lo que a veces me siento egoísta al elegir partir.
De lo que estoy segura es que, en estos momentos más que nunca, lo estoy deseando (junto con un poco de miedo).
Es precisamente la incertidumbre de la situación lo que me hace cuestionarme profundamente mi deseo de volver a At-Tuwani y compartir un trozo del viaje con la gente de allí.
En este momento más que nunca, renovar cada día la elección de resistir de forma no violenta es una elección inquietante, que para mí admito que sería casi inviable: estar junto a los pastores que deciden volver a cultivar sus tierras tras las detenciones y el acoso; sentir la energía de H. replantando por enésima vez los olivos arrancados por los colonos; discutir con los militares y los colonos sabiendo que arriesgan mucho, es una elección insanamente incómoda, compleja, pero creo que de una inmensa humanidad.
Y saber que estas personas persisten en hacerlo a pesar de saber que el mundo les ha abandonado, que cada forma de abuso que sufren se debe también a la impunidad por parte del mundo occidental, me resulta aún más chocante.
Para mí, es importante estar con ellos en este momento, decidir estar al lado de quienes no tienen la opción de elegir vivir o no en conflicto y, sin embargo, han elegido hacerlo de la manera más difícil, es decir, tratando de elegir la no violencia.
Todo esto mientras sus vidas siguen su curso, la gente trabaja, los niños y niñas tienen que ir a la escuela... para mí es extremadamente hermoso y trágico al mismo tiempo.
No sé cuánto se puede hacer allí, muchas veces uno tiene la impresión de que no ha hecho lo suficiente, que se ha equivocado o que otras personas lo habrían hecho mejor.
Pero en este momento, más que nunca, me resuenan las palabras de A., chico de Tuba y activista: "estás haciendo lo mejor que puedes, y esa es la verdadera solidaridad".
Creo sinceramente que cada persona tiene su propia manera de hacer lo mejor por lo que le importa... Te estaría muy agradecido (y especialmente a todas las personas que viven allí) si pudieras contribuir a la recaudación de fondos para apoyar el proyecto de la Operación Paloma en Palestina, para estar al lado de los voluntarios que viven en At-Tuwani y de las personas que se benefician de lo que la Operación Paloma hace allí.
Al daros las gracias, me gustaría compartir con vosotros esta canción (Le rondini - Lucio Dalla) que estoy escuchando mucho en estos momentos: al fin y al cabo, es el sueño de una dulce libertad que percibo tangible entre la gente de Palestina.
Una vez más, ¡gracias!